El 20 de diciembre se produjo un derrame de petróleo del buque Polyaigos  en el terminal submarino de la Refinería Talara. El 21 las playa Capullanas del distrito de Lobitos amaneció con petroleo. Para el acceso a la playa hay que bajar por el acantilado, lo que hace más complicada la limpieza.

El 25 de diciembre se declaró la emergencia ambiental mediante la Resolución Ministerial 00443-2024-Minan. En el Plan de Acción el monitoreo se le ha encargado al ANA (mensual) y al IMARPE (en 90 días). Pero, a la fecha, no están claras ni las acciones específicas ni las coordinaciones con las autoridades locales para informar a la población. 

El día 27 hubo una reunión oficial en Lobitos para abordar el tema de los afectados. La población pidió el apoyo inmediato para aquellas personas que ven afectado su ingreso diario, así como definir las compensaciones para los afectados: pescadores, actividades de turismo entre otros.

El día de ayer, 28 de diciembre, pude conversar con el Alcalde. Si bien la empresa ha ofrecido una ayuda económica inmediata a los afectados esta todavía no se da. Tomando el ejemplo de Repsol se planteo una tarjeta para compra de productos de primera necesidad y alimentos, pero los grandes almacenes no están en Lobitos sino en Talara, es acceso a la ciudad es un camino largo y de herradura. Así como este, hay muchos otros temas que requieren soluciones concretas y rápidas.

Uno de los temas más importantes es cómo reconocer y luego compensar a los afectados. En la playa de Lobitos no se ve el hidrocarburo, quizá por el oleaje que está azotando el norte, pero quienes están en la mar lo pueden sentir. El olor del hidrocarburo se siente según afirman varios pobladores y pescadores de la zona. Según la norma vigente, el DS 081-2007-EM es el titular quién debe de identificar a los afectados e informar a OSINERGMIN. Sin embargo, en el caso del pasado derrame de Repsol, el padrón oficial estuvo a cargo de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). Ahora bien, una reciente Ley, la 32190 emitida por el Congreso encargó al Ministerio de Energía y Minas elaborar el padrón de afectados de los derrames de hidrocarburos. Si bien esta Ley es de diciembre de 2024 no ha sido reglamentada pese a que le otorgó un plazo perentorio de 60 días para ello.

El alcalde de Lobitos, el señor Ricardo Bancayan ha elaborado con su equipo un padrón de afectados de su distrito. Esta lista es fundamental, son ellos quienes conocen a quiénes trabajan en la zona. Recordemos que en el caso de Repsol, el padrón de afectados confeccionado por la PCM tenía muertos, población penitenciaria y personas que no eran de la zona. Resultará muy oportuno que este padrón, elaborado por la autoridad distrital se oficialice lo antes posible. La experiencia nos muestra que mientras más se demora mayores serán los problemas que surjan, además de la incertidumbre y el malestar social. El alcalde viene trabajando con responsabilidad pero requiere que las demás instituciones del Estado cumplan con su trabajo.

Las compensaciones de Repsol duraron dos años y se hicieron en función de las actividades económicas afectadas. Esto nos lleva a dos temas más: el primero, como valorizar las actividades económicas afectadas en este distrito; algunas personas señalan que la afectación ya llegó a Cabo Blanco, pero eso no es algo confirmado. Aquí hay un trabajo intenso que hacer, y no se observa que Petroperú considere estos aspectos. A la fecha no hay evidencia de que la empresa esté al tanto siquiera que esta es una tarea pendiente.

El segundo tema es más complicado y está relacionado con el monitoreo ambiental. Hay que definir los puntos de monitoreo y algunos son temas complicados. Veamos el caso de los perceberos, este marisco se encuentra en las rocas y es una fuente de ingresos importante para algunas familias, normalmente lo extraen pescadores de orilla y, a veces, ayudados por sus familiares. Conocer esta afectación y cuándo estás zonas estarán recuperadas será un reto. O evaluar, por ejemplo, el impacto en los hoteleros que justamente estaban esperando con ansias el verano y que ahora ven que sus reservas se caen.

Entre tanta incertidumbre, una noticia positiva es que Petroperu está tomando en serio la limpieza y ya se pueden ver equipos de personas correctamente preparadas para la limpieza. Pero, la difusión es genérica no está claro qué metodología están usando, particularmente si hay usos de elementos químicos biodegrasables, tal como se ha hecho en otros derrames. Recordemos que en el derrame de Cashacaño del Oleoducto Nor Peruano en el 2016, Petroperú contrató a la firma especializada Lamor, quienes hicieron un estupendo trabajo, pero parece que ahora lo están haciendo con sus propios equipos. 

Por último, hablar de acciones de remediación ambiental en derrames de petróleo es enfrentarnos a algo que no existe en el Perú . Será motivo de otra columna.