Este lunes 18 una delegación de la PCM llegó para reunirse con los líderes y autoridades quiénes iniciaron nuevamente un paro en Chalhuahuacho. El paro afecta a la operación minera de la empresa MMG Las Bambas. Pero lo que quiero analizar aquí es la capacidad de gestión de conflictos del Estado.

Es el Viceministerio de Gobernanza Territorial el que acoge el aparato de diálogo más importante del País. Y este responde directamente al Primer Ministro, a saber: Guido Bellido y ahora Mirtha Vásquez.

Las personas que atendieron el conflicto por parte del Estado fueron, en primer lugar, el nuevo Subsecretario de Gestión de Conflictos de la Secretaría de Gestión Social y Diálogo Christian Quispe Montañez, quien reemplazó desde septiembre a Luis Oré, colega en esta mula (que introdujo a la iglesia para mediar en este conflicto antes de ser funcionario). Y, en segundo lugar, Pastor Paredes el nuevo Jefe de la Oficina de Diálogo y Participación Ciudadana del Ministerio de Energía y Minas, la segunda oficina más importante para gestionar conflictos. Ambos son dos figuras antagónicas.

Por un lado, Pastor Paredes tiene una trayectoria destacable en la gestión de conflictos desde el sector público. Cobra notoriedad a partir de su paso en el proceso de diálogo en Moquegua con Anglo American Quellaveco y en la búsqueda de un acuerdo para el desarrollo de la Región Moquegua. Además ha ejercido diferentes cargos públicos en el MTC, MININTER, PCM, PJ entre otros. Esto explica su participación serena buscando poner paños fríos. 

Por otro lado, y en contra posición, Christian Quispe planteo un discurso incendiario, expresándose más como comunero que como funcionario del Estado. Enfatizando el malestar y citando al ex-premier Bellido. ¿Porqué a Bellido? Pues este lo puso allí como funcionario.

¿Pero qué tiene en común ambos? Ninguno de estos funcionarios tiene una pauta de sus autoridades, ni del Viceministro de Gobernanza Territorial ni del Ministro de Energía y Minas. De hecho, ambos se fueron y el paro continua. Además, se espera que este se extienda a la provincia de Chumbivilcas.

La población está molesta, hay acuerdos citados con ex autoridades del más alto nivel que consideran no se cumplen. Y ya no le creen a nadie. Por ello, exigen la llegada del Presidente Castillo y la Premier Vásquez. 

Pero, ¿irán el Presidente y la Premier a Chalhuahuacho? Lo concreto es que esta población ya escuchó discursos. Lo que falta son equipos técnicos y tomar de decisiones, incluyendo algunas que gustarán a la población y muchas otras que no. Mientras tanto Bellido y otros actores en los extremos aprovechan estos conflictos para tirar gasolina al incendio. 

Mientras esto sucede en Apurimac en la Amazonía los conflictos se agravan. Y la representación indígena no ve que haya contrapartes en el Estado con quienes construir soluciones. 

El aparato de diálogo del Estado está siendo destruido por la nueva administración desde que ingresó Bellido. Las posiciones de funcionarios del Estado están siendo botines y piezas de una agenda de confrontación (sin hablar ya del Ministerio del Interior). Los conflictos cíclicos están siendo endémicos. Se está perdiendo la capacidad de gestión de los conflictos, y de la coordinación intergubernamental. ¿Acaso el Presidente y la Premier pueden ir a todos los conflictos? ¿Serán estos parte de la agenda de viajes del Presidente? Lo concreto que se observa es el desorden y una parte importante del Estado creando este caos. No hay bomberos que apaguen el fuego, hay pirómanos.