¡Abran las fronteras!
El cierre de fronteras favorece las mafias y el desgobierno
Aquí en Huaquillas el cierre de fronteras nos trae pobreza y ha ocasionado una situación que nos da miedo
Cuando publiqué esta foto en mi cuenta de Facebook recibí varios mensajes con una idea común: "tenemos que reforzar el control militar y policial". Esta respuesta es una reacción natural. La misma expresada en el diálogo de los caballos en Animal Farm de George Orwell, según la cual necesitamos de mayor esfuerzo para tener mejores resultados. Pero esa idea es, algunas veces, falsa; y este es el caso.
Desde que se cerró la frontera Perú - Ecuador varias mafias se han apoderado de diversos puntos fronterizos. Cobran entre 1 y 15 dólares por cruzar. Hace más de un mes atrás una balacera entre bandas por el control de estos puntos ocasionó la muerte de una muchacha. Se calcula que unas 300 personas pasan diariamente esta frontera. Es un cálculo difícil de sustentar. Pero sea como fuere, es un ingreso importante en la actual situación económica producida por la pandemia.
Quizá la mayor ilusión sea pensar que podemos detener la mayor diáspora que hemos conocido en el continente con la desgracia venezolana. Desde que la pandemia inició en marzo los caminantes han sido la realidad que nos golpeó en la cara pese a las medidas de confinamiento. El cierre de fronteras no nos ayuda a tener un mejor control. El discurso autoritario, populista y simplista de cerrar la puerta a los venezolanos vende fácil, pero es irreal. Tampoco reconoce que durante muchas décadas hemos sido nosotros los migrantes precarios. Lo siento mucho para los patrioteros pero nos toca invertir en ordenar este ingreso, en incluir temas de salud, cuidado a mujeres y niños, controles de mafias y de inteligencia militar también. Es el costo de ser un país.
Nuestros gobernantes no han estado a la altura, pero nuestra ciudadanía tampoco. Es hora de tener nuevos liderazgos ciudadanos. Y hay muchos ejemplos que podemos mostrar. Abrir las fronteras y tener una política migratoria hacia la diáspora venezolana nos ayudará apartarnos de la ilusión del buen gobierno y comenzar a trabajar desde todas nuestras instituciones.