El suicidio muestra la cara de una sociedad que tiene mucho por mejorar, y aprender. En los Estados Unidos, país donde hay un aumento del 15% del número de suicidios desde el año 2000, este problema afecta principalmente a hombres blancos, de mediana edad y con bajos niveles educativos. En el mundo se suicidan más hombres que mujeres, y más personas de la tercera edad que jóvenes (The Economist). Los suicidios causan cuatro veces más muertos que las guerras.

Felizmente, en el mundo, la tendencia es positiva: la tasa de suicidios está cayendo. Un factor importante es la mejor situación de las mujeres en India y China. Las mujeres en situación de vulnerabilidad son un grupo de riesgo, con mayor exposición a sufrir este problema. Las políticas públicas pueden tener un efecto importante en disminuir este problema. La regulación del alcohol, por ejemplo, tiene un efecto positivo particularmente en países con este severo problema. De igual modo, mejorar los sistemas de salud, fortalecer el vínculo social de niños y jóvenes entre muchas otras estrategias.

Por otro lado, la depresión es un factor asociado fuertemente al suicidio. La depresión es un factor presente en la mayor parte de los intentos de suicidio. El apoyo familiar y social es clave para vencer este problema, como también lo es un sistema de salud preparado para enfrentar este problema.

En el Perú, nuestra situación demuestra que hacen falta políticas públicas. Solo este 2018 han habido 1,384 intentos de suicidio; y las mujeres son el 65% de este número (Perú 21). En la selva, la situación de la población awajun, y particularmente las mujeres, con HIV es uno de los casos más graves que requieren la máxima atención del Estado peruano; pero parece que este problema es invisible. Que mayoría de los suicidas niños y adolescentes en nuestro país sean mujeres es una muestra de la vulnerabilidad de las mujeres durante esas etapas de la vida, y una muestra de una falla profunda en nuestra sociedad.

La mayor inversión del presupuesto público decidida por el Presidente Vizcarra para luchar contra la violencia hacia las mujeres es una buena señal, pero falta mucho por hacer.