"La gente, no las ganancias" reza el inicio de la columna de mi amiga Cristina Quiñones en Gestión. Estas ideas se plantean en el corazón del mundo del marketing. Nadie podrá decir que estas reflexiones son antimineras, comunistas o conspirativas. Todo lo contrario, buscan generar valor para las empresas.

Priorizar a las personas no significa que una empresa no deba ser rentable. Pero sí significa que ante un dilema primará el interés en las personas. En el Perú hay varias empresas mineras o petroleras que han comenzado a dar señales en esa dirección, y esto desde hace muchos años. Sin embargo, como sectores todavía hay una gran brecha que se debe de cubrir, y la sociedad espera que se haga pronto. Debe asimilarse un sentido de urgencia en sus gerentes y directores.

Quisiera citar varios ejemplos que demuestran estos dilemas:

1. Empoderar a las poblaciones locales para que puedan participar del cuidado del ambiente. Todavía son muchas las empresas que cumplen con tener Comités de Vigilancia y Monitoreo Ambiental Participativo sin una adecuada capacitación de sus miembros. Es decir, no se les prepara para asegurar que los procedimientos de monitoreo son correctos y menos aún para analizar e interpretar los resultados de los análisis. Sin embargo, algunas empresas si están apostando por esta herramienta como una forma de construir confianza. Demostrando que las personas son primero.

2. Establecer procesos transparentes de quejas y reclamos. Son pocas las empresas que instruyen correctamente a las poblaciones locales sobre cómo presentar una queja o reclamo, los plazos que rigen estos procesos, quiénes participarán de la atención, qué pueden hacer si no están conformes con el resultado obtenido. Esta es una gran brecha nacional. Pensemos solo en los bancos y en sus sistemas de atención de reclamos, despersonalizados y abusivos varios de ellos. 

3. Sistemas de alerta temprana con involucramiento de la población local. No hay nada peor que espectar un accidente sin saber cómo proceder. La impotencia genera frustración y odio que se vuelca contra la empresa. Los sistemas de alerta temprana que involucran a la población local los empoderan y les permiten ser un recurso valioso ante situaciones que pueden poner en riesgo la vida de las personas. Trabajar de forma colaborativa con la población local demuestra una madurez de la empresa y de la relación que ha logrado construir.

Estos tres ejemplo, y hay muchísimo más, demuestran cómo una empresa puede lograr una forma diferente de relacionarse. Y tomando las palabras de Luque "cambiar el mindset corporativo". Este es el reto.